En general, todo el mundo se ha planteado alguna vez el objetivo final de la existencia humana y evidentemente, nunca se ha llegado a ninguna respuesta clarividente. Lo mas general, que no cierto, es pensar que el objeto de nuestra presencia en el mundo es alcanzar la felicidad. Pero, ¿que es la felicidad?
Yo no sé responder a ello, supongo que todo lo que digo o pienso nunca lleva un camino fijo que me lleve a la ultima conclusión de lo que quiero expresar. Digamos que siempre he tenido muchas ideas flotando en mi cabeza, sin llevar ningún rumbo y llenas de niebla que no me dejaban ver nada. Suponía que hay algo detrás, como cuando se supone que el cielo esta detrás de las nubes, pero no sabia como hacer iluminar todos esos pensamientos. Hoy, de repente, yendo en el transporte publico, he conseguido ver algo.
No son las personas las que están contaminadas sino que es el entorno y la interacción visual tan oscura la que no nos permite emitir juicios positivos sobre lo que vemos y ni siquiera sentimos. Un acto tan simple como el de apartar la mirada cuando un extraño te mira en el metro no proviene de la persona en sí. Ello resulta de una sensación exterior que la hemos digerido a nuestro interior a través de la experiencia. Hay mas personas buenas que malas, solo que la intuición negativa es mas excluyente que la positiva.
Volviendo al tema de la felicidad y la búsqueda de ella, hay que saber diferenciar las diferentes formas de alcanzarla, tanto a un nivel general, como a un nivel concreto. Todos los seres humanos tenemos miedos, que nos consumen por dentro y no sabemos ni cual es su origen, ni como sera su final. La mayor equivocación que cometemos es que la mayoría de nosotros tratamos de alcanzar la felicidad huyendo de nuestros miedos, cuando la única manera de alcanzar ese estado tan soñado es encarando los miedos que tenemos. Evidentemente, lo normal es perder siempre la partida porque la naturaleza humana es mucho mas fuerte que todos nosotros y nuestras creencias. Puede que ahí resida el mayor problema, antes que pensar en uno mismo, deberíamos buscar la mejor opción para avanzar todos en conjunto, visto que ahora mismo lo que nos ofrece el entorno no son mas que reglas a seguir y creatividad que malgastar.
Un buen ejemplo puede ser el de las personas que están enfermas. Cuando uno se encuentra mal y no para de pensar en lo mal que se encuentra y en el dolor que siente, el periodo de recuperación sera mucho mas largo y el sufrimiento, por tanto, sera mayor. En el caso contrario esta el del enfermo que no para de pensar en recuperarse, incluso empieza a plantearse proyectos a un futuro cercano para cuando se haya puesto bien . Este ultimo, evidentemente, se recuperara antes y habrá aprendido como comportarse para la próxima vez que vengan mal dadas.
Antes de terminar, me gustaría también hablar de las formas de alcanzar la felicidad, sin meternos dentro del tema de los miedos. Las dos formas mas representativas y conocidas para ello son la religión y el amor. Mediante la creencia religiosa se produce la antes mencionada huida antes los problemas que nos surgen. La religión es la ultima de las opciones a las que una persona se aferra para no tener que soportar el sufrimiento que produce la no consecución de la felicidad mediante los mecanismos personales. No estoy tratando de llamar cobardes a los creyentes, ni mucho menos, solo trato de dejar claro que me parece la opción mas cómoda y la que menos oportunidades de alcanzar la felicidad ofrece.
La otra forma tan reconocida es al amor. Hay gente que no huye de nada, ni tan siquiera se enfrenta a lo que el entorno le ofrece. Son seres humanos que viven para amar y pretenden alcanzar el mayor placer gracias a el. Ese éxtasis de sentimientos que produce el amar y ser amado es una fuente de placer interna infinita (no tanto como el placer sexual). Pero a la vez, el dolor y sufrimiento que produce el no ser correspondido o el ser desquitado de aquello a lo que tanto ama es una de las formas mas crueles de recordarnos que la búsqueda de felicidad sera siempre así, una búsqueda.
Pero no vale conformarse. Si todos debemos avanzar en conjunto hacia adelante, también es cierto que antes de que eso se produzca, debemos mentalizarnos individualmente de que todo lo que nos rodea es mejorable y que la interacción humana no debe ser influenciada por actos pasados que no tienen nada que ver con lo que vivimos. Y mucho menos con el futuro.
Si todo fuese tan fácil como escribir o pensar, las palabras perderían valor.
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